El Testimonio de Yeshúa

     Por alguna capciosa y retorcida razón, el enemigo ha trabajado para que creyéramos que la vigencia y funcionamiento del Ministerio Profético ha terminado. Él es conocedor de las Escrituras pero es el tergiversador por excelencia. Según la Palabra Profética más segura, esto es, la Biblia, la función y trabajo del Ministerio del Profeta es Cumbre en los últimos tiempos, y será así, fue profetizado por El Soberano Rey y Padre

    Por esta razón, es imprescindible que se levante de sus escombros y que salgan de sus cuevas el tan perseguido y negado Ministerio Profético, es el momento que te prepares para que profetices otra vez, no cualquier ocurrencia, sino el testimonio de Yeshúa que es el Espíritu de la Profecía. Si no da Testimonio de Yeshúa, no es profético; algo puede parecer muy bueno, muy de Dios, pero si no nació en Su corazón, es una simple obra o letra muerta.

     Me llama la atención que tanto Moisés como Pablo tenían en su corazón el anhelo apremiante de que todos profetizaran:

"YHWH descendió en la nube y le habló. Luego tomó del Espíritu que había sobre él y lo puso sobre los setenta ancianos, y en cuanto el Espíritu descansó sobre ellos profetizaron, pero después no continuaron. Habían quedado en el campamento dos varones, uno de nombre Eldad y el segundo de nombre Medad. El Espíritu reposó también sobre ellos, pues figuraban entre los inscritos, y aunque no habían ido a la Tienda, profetizaron en el campamento. Y un joven corrió y dio aviso a Moisés, y dijo: Eldad y Medad están profetizando en el campamento. Entonces Josué ben Nun, uno de los jóvenes oficiales de Moisés, respondió y dijo: Moisés, señor mío, ¡detenlos! Pero Moisés le dijo: ¿Tienes celos por causa mía? ¡Quién diera que todo el pueblo de YHVH fuera profeta, y que YHVH pusiera su Espíritu sobre ellos!"(Números 11:25-29)

      Antes de continuar quisiera hacer un pequeño aparte para hacer una diferenciación. En la Palabra tenemos El Ministerio Profético, como oficio, y también tenemos La Profecía como don del Espíritu Santo. Son dos asuntos espirituales diferentes, aunque trabajan para El mismo Señor.

     Pablo, usando un término con tono imperativo que denota un mandato activo y perentorio, nos dice en 1 de Corintios 14: 

     "Seguid el amor y procurad los dones espirituales, pero sobre todo que profeticéis. Porque el que habla en lenguas, no habla a los hombres, sino a Dios, pues nadie lo entiende, pues por el Espíritu habla Misterios. Pero el que profetiza, habla a los hombres para edificación y exhortación, y consuelo. El que habla en lenguas, asimismo se edifica, pero el que profetiza edifica la iglesia."(vs 1-4)

     "Los profetas hablen dos o tres, y los demás disciernan." (vs 29)

     "Y los espíritus de los profetas están sujetos a los profetas,.."(vs 32)

     "Así que hermanos procurad profetizar y no impidáis hablar en lenguas"(vs 39)

     En este capítulo Pablo nos enseña el protocolo del ejercicio del don de la profecía en un ambiente de reunión, en la asamblea de los santos redimidos por Yeshúa; la forma de hacerlo en este tiempo y la sujeción debida de quien ejerce el don, tanto a la Palabra Profética más segura: lo que ya hablaron los siervos profetas antiguos registrado en la Biblia, como a las autoridades de la comunidad local a la que se pertenece. 

     Eso, con respecto al don del Espíritu Santo, pero el Ministerio Profético lo tenemos en la carta a los Efesios, donde Pablo nos enseña acerca de los 5 Dones de liderazgo en el Cuerpo. Son dones dados al cuerpo para servicio, no son títulos ni cargos profesionales, son dones vocacionales que nos llaman a oficios, vigentes hasta que todos lleguemos a la estatura del Varón Perfecto: Yeshúa El Mesías, es decir, vigentes hasta cuando regrese. Mientras tanto, usted y yo no hemos llegado a esa medida de perfección, seguimos edificándonos.

"Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados, con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor, solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz; un cuerpo, y un Espíritu, como también fuisteis llamados en una misma esperanza de vuestra vocación; un Señor, una fe, un bautismo, un Dios y Padre de todos, El cual es sobre todos, y por todos, y en todos. Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo. Por lo cual dice:
Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad, y dio dones a los hombres.
y eso de que subió, qué es, sino que también había descendido primero a las partes más bajas de la tierra? El que descendió, es el mismo que también subió por encima de todos los cielos para llenarlo todo. Y Él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del Cuerpo del Mesías, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error, si no que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en Aquél que es la Cabeza, esto es Cristo, de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor"(Efesios 4:1-16)

    Estudiando todas estas verdades desarrolladas en la Palabra de Dios, nos damos cuenta que El Espíritu de la Profecía está muy vigente y activo, sobretodo porque se acerca la venida de Nuestro Mesías y una serie de acontecimientos impactantes para toda la humanidad, que dan por consumado El Plan de Redención una vez profetizado. Por lo tanto, "No apaguéis el espíritu. No menospreciéis las Profecías", decía también Pablo..

       Es perentorio que se levante El ejército de Profetas ungidos que El Padre llamó y separó desde el vientre, los que escogió y predestinó para este tiempo, los Shofarot (trompetas), sellados para ser anunciadores: los que comieron del testimonio de Yeshúa, que les fue amargo en el vientre pero dulce como miel en la boca, que están de pie delante del Señor de toda la tierra, y lograrán mantenerse fiel a Su Dios. Son días de volver a profetizar el misterio revelado a los antiguos siervos profetas que diligentemente escudriñaron para nosotros (1 Pedro 1:10-20).

"La voz del cielo que yo había escuchado se dirigió a mí de nuevo: "Acércate al ángel que está de pie sobre el mar y sobre la tierra y toma el rollo que tiene abierto en la mano". Me acerqué al ángel y le pedí que me diera el pequeño rollo. Él me dijo: Tómalo y devóralo. Te amargará el vientre, pero en la boca te sabrá dulce como la miel. Lo tomé de la mano del ángel y me lo devoré. Y en mi boca era dulce como la miel, pero al comérmelo se me amargó el vientre. Entonces me ordenó: Es necesario que profetices otra vez sobre muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes. (Apocalipsis 10:8-11)

     Son días también de medir el Santuario, el Altar y a los que adoran en él, días de definición y exactitudes, de ubicación. Días de consumación se aproximan cuando ya el tiempo no será más, no habrá más dilación. Días de testificar diligentemente. Somos sus testigos en la Tierra, los que podemos decir como Elias Vive YHWH delante de quien vivo y estoy, y como Moisés que contempló la Gloria y hablaba con Él como se habla con un amigo.

"Se me dio una vara que servía para medir y se me ordenó: Levántate y mide el templo de Dios y el altar, luego cuenta cuántos adoran allí. Pero no incluyas el atrio exterior del templo; no lo midas porque ha sido entregado a los gentiles, los cuales pisotearan la Ciudad Santa durante cuarenta y dos meses. Por mi parte, yo encargaré a mis dos testigos que, vestidos de luto, profeticen durante mil doscientos sesenta días.  Éstos dos testigos son los dos olivos y los dos candelabros que permanecen delante del Señor de la tierra. Si alguien quiere hacerles daño, ellos lanzan fuego por la boca y consumen a sus enemigos. Así habrá de morir cualquiera que intente hacerles daño. Estos testigos tienen poder para cerrar el cielo a fin de que no llueva mientras están profetizando; además tienen poder para convertir las aguas en sangre y para azotar la tierra, cuantas veces quieran, con toda clase de plagas." (Apocalipsis 11:1-6)

     Para concluir, Yeshúa está viniendo en su nube,  es inminente. Por esto es que urge la profecía, el sonido del Shofar con el mensaje que despierta y activa a los que no están apercibidos, el librito abierto que se comió Juan, las palabras testificadas acerca de Su Regreso, porque no habrá más oportunidad, es cierto que vendrá el día de la Ira y Juicio de Dios; tiempo de galardones para Sus Siervos, pero de destrucción a los destruidores y a los que no se apercibieron. Y si, sabemos que hoy día existen los falsos profetas, y los seguirá habiendo, pero ello no implica la cesación de lo verdadero. Por ello insto una vez más, es urgente que se levanten los genuinos, porque donde no ha visión profética el pueblo se desenfrena y es llevado a la muerte por soplos erróneos y malintencionados.

"El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará. Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos; mas cuando venga lo perfecto,  entonces lo que es en parte se acabará. "(1 Co 13:8-10)    

"Porque si la trompeta da un sonido incierto, ¿quién se preparará para la batalla?" (1 Co 4:8)

 "Pero vosotros emborrachasteis a los nazareos, Y prohibisteis profetizar a los profetas" (Amós 2:12)

 "Así, Adonay YHVH no hará nada sin revelar su plan a sus siervos los profetas. Si el león ruge, ¿quién no temerá? Si Adonay YHVH habla, ¿Quién no profetizará?" (Amós 3:7-8)

      

Nota: Los negreados son míos para efectos demostrativos.

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