DEBILIDAD O VALENTÍA?
Partiendo de la
realidad humana de que todos tenemos debilidades, me es imperante citar un
versículo muy alentador y estimulante lleno de Su gracia, La Gracia del Eterno:
“Mi Poder se perfecciona en tu debilidad”. Pero, ¿Qué significa realmente éste
principio? Será que mientras seguimos siendo débiles, Su poder se va a
perfeccionar?? Pues NO, un rotundo NO. Pues ¿Porqué entonces se nos manda
enfáticamente a ser fuertes y valientes
a lo largo de nuestro peregrinar? Gracias al Eterno porque las cosas secretas
Le pertenecen, pero Nos delegó las cosas reveladas (Deuteromio/Devarim 29:29).
Ahora bien, ¿Cuándo se perfecciona realmente Su Majestuoso Poder? Cuando
humildemente reconocemos y asumimos delante de El que tenemos cierta debilidad
y acudimos a su Clemente y Piadoso Trono de Gracia y en ese Lugar le
presentamos tal debilidad, ciertamente allí ocurre algo: Nos damos la
oportunidad a NOSOTROS mismos, de que El Rey tome las riendas, de que Tome el
control, Se entrone en nuestras vidas y someta a Su Soberana Sabiduría cierta
situación que nos afecta y no nos deja avanzar. Responsablemente aseguro que
Sus entrañas se conmueven ante esa iniciativa, porque Él sabe cuánto duele, pues
estás renunciando a algo que tiene valor para ti, Él sabe lo difícil que es
negarse a sí mismo para darle el lugar a Él. Sin embargo, requiere de nuestra
participación, de tomar la decisión de morir ante ese deseo, ante esa
debilidad; elegir con humildad y plena sinceridad delante de Él. Ésto pareciera
sencillo, pero muchas veces no lo es; matar a otros es muy fácil, pero para
matar nuestro ego, nuestro YO, se requiere de un montón de Valentía.
Ahora bien cuando decidimos morir para que El
actúe, es justo allí cuando Lo entronas, es allí cuando se perfecciona Su
Reino, porque Le estas otorgando el poder y la legalidad sobre aquello que es
susceptible de entronar a lo opuesto. Justo en ese momento crucial Su Poder se
manifiesta de forma sobrenatural y comenzamos a ver su Esplendor y Gloria en
nuestras vidas, porque Lo Sentaste a reinar en tu corazón. Nuestro corazón es
el umbral de transformación de las naciones, es la primera partícula. Pero ese
es otro tema. Lo significativo de esto es que Le estamos dando el lugar que Se
merece y que Le pertenece, muriendo, dejando a un lado ese deseo, pasión o debilidad,
dándole preferencia a Él. Eso es la verdadera adoración, y va mucho más allá de
entonar lindos salmos o alabanzas. Es despojarte de tu Yo. Por algo en algún
lado dice que El Reino lo arrebatan los violentos, no los débiles. He aquí la
fórmula para ser fuertes, que Todo lo podemos en El que nos fortalece. En Aquél
que por Amor se despojó de todo lo que Es, Tiene y Representa, de todo en todo;
por darnos la vida. Eso mismo pide de nosotros, que mengüemos para que El
crezca en nosotros y poder transformarnos y vivificarnos, llenarnos de El,
porque El en sí mismo es la VIDA.
Un buen guerrero
de la historia que bien aprendió esta lección, escribió acerca de complacerse
en sus debilidades por causa del Mesías, porque cuando era débil, entonces era
fuerte, es decir, en su óptica espiritual, veía
cada debilidad como una oportunidad para hacerse fuerte en El Mesías, un
chance más para crecer.
No es para asustarse
y huir, es para meditar, El Buen Maestro no nos va a poner un examen que
vayamos a reprobar, no coloca cargas que no podamos soportar, nos quiere
perfeccionar. Pero una cosa es segura, ésto es para VALIENTES.
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