¿El Camino de Fe, una vida de Disociación?

Realmente me he quedado asombrada con esta revelación que trajo renovación a mi mente, pero no es algo nuevo, la Palabra ya está ahí escrita y accesible para que Su Luz penetre y nos quite el velo. 

¿Es la Fe una forma de disociación como mecanismo para soportar aflicciones?

Orando me vino esa pregunta a la mente y como si supiera me autocontesté: no, eso no puede ser, eso es un trastorno psicológico; sin embargo, gracias a Dios decidí indagar más y buscar en la Biblia todos los versículos relacionados; creo que como me pasó a mi, tu también te puedes sorprender. Y es que siento que estoy descubriendo un universo nuevo dentro de las Escrituras, y entro a entender mi insistente inquietud con el tema de la salud mental, una curiosidad extraña y un tanto angustiosa por los trastornos mentales. Aún recuerdo la sensación que tuve cuando vi hace más de 20 años, la película "Inocencia Interrumpida", basada en un libro que narra la historia real de una mujer de los Estados Unidos. Éste trata de unas chicas recluídas en un sanatorio mental, cada una con vidas rotas en diferente medida y con distintos trastornos mentales, abarcando así diversas temáticas y realidades de las cuales no estamos exentos hoy día... en la época del internet. Me sentí como impotente por sus vidas miserables, y sus mentes fragmentadas, refugiadas en medicación y en otros vicios que hacían sus vidas "menos dolorosas" pero aún más profundamente miserables...

Entrando a lo que quiero compartir, ¿Es el camino de Fe una vida disociativa?

Veamos lo que dice la psicología sobre la disociación:

Es un mecanismo de defensa pasivo y adaptativo que desconecta nuestra mente de la realidad, al estar frente a una situación límite que sobrepasa nuestros recursos psicológicos para afrontarlos. Éste se activa instintivamente al no poder escapar físicamente de la situación -por ejemplo, en una violación- produciendo un estado de anestecia emocional. El ser humano es capaz de distanciarse mentalmente de un hecho angustioso y entrar en una zona de seguridad, disminuyendo así el impacto emocional de un evento traumático.

Esto me asombra mucho, pensar que El Padre Eterno en su sabiduría y presciencia nos dotó con éste mecanismo, conociendo de antemano la maldad y crueldad que se desataría en el mundo.

Con esto entiendo que si bien es cierto, la disociación psicológica llevada al límite es un trastorno mental, la disociación en su forma normal e instintiva, es un mecanismo natural de nuestra mente, que se activa para sobrellevar situaciones de gran stress, miedo o dolor.

Sin embargo, quiero profundizar este tema utilizando pasajes de la Escritura, porque creo que podemos usar este sistema de defensa mental a escalas superiores. Si Dios nos manda a amarlo con toda nuestra mente y alma y además nos dotó con poder, amor y dominio propio, quiere decir que nos dio la facultad para encausar nuestros pensamientos. En este sentido, me encuentro en la Biblia con muchos versículos que nos invitan a quitar nuestros ojos de la realidad (no a negarla) y ponerlos en algo mejor: Yeshúa (Jesús) El autor y consumador de la Fe. Otro, nos invita a llamar a las cosas que no son como si fueran, y a tener certeza de lo que se espera y la real convicción de lo que no se ve. Nos enseñan que no andamos por lo que vemos, osea la realidad, sino por fe, por creer esa realidad definitiva que ha de manifestarse en nuestras vidas a su tiempo. Me llama la atención el pasaje en el que Pedro quiso andar caminando sobre el mar, pues mientras sus ojos permanecían sobre El Maestro, creyendo su promesa de que avanzaría, él avanzaba; pero cuando miró su realidad actual y sus pocas capacidades naturales para lograrlo, comenzó a hundirse.

También recordé a Pablo, quien en mi opinión personal se convirtió en un experto en disociarse (entendiéndose como la capacidad para desconectar mental y emocionalmente de la realidad presente) porque tenía la mirada puesta en Su Salvador; él nos aconseja en una de sus carta que: si lloramos seamos como si no lloramos; si nos alegramos, seamos como los que no; los que compran, sean como los que no tienen; y los que disfrutan, como los que no lo hacen, porque el tiempo se ha acortado y la apariencia del mundo está pasando, estamos prontos a acceder a las verdades celestiales definitivas.

Esta es mi opinión personal, creo que sí debemos echar mano de éste recurso psicológico del cual fuimos dotados. Muchas veces es necesario quitar nuestros ojos de las perturbadoras realidades y de las aflicciones presentes y enfocarnos en el galardón para que podamos soportar la prueba y salir aprobados. Que nuestra mirada se enfoque en las Verdades Eternas hará más llevadero cualquier proceso que estemos afrontando, seamos como Esteban, quien aún siendo apedreado puso su mirada en los Cielos y se le abrieron a visiones más extraordinarias que su muerte natural. Me gustaría que compartieras conmigo cuál es tu opinión. Envío un saludo muy especial a mis hermanos de Hong Kong que siempre leen mis escritos. Bendiciones.


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