La mesa para fortuna y la copa para destino
¿Estamos poniendo en nuestro corazón la mesa para la Fortuna y Destino?
En Isaías 65:11, El Dios verdadero confronta a los hijos de Israel porque Le han abandonado a Él, fuente de toda profecía y sabiduría, al inclinarse ante Fortuna y Destino, que en la traducción original implica dos deidades, ambas relacionadas con el control de la suerte en las vidas.
Para profundizar más tenemos que Fortuna es la diosa de la suerte en la mitología romana, estaba representada por una rueda de la cual emanaba el azar o lo aleatorio de la buena o mala suerte; mientras que Destino, originalmente Meni, es una deidad a la que se atribuía el control de la suerte del hombre. Ambas tienen que ver con la imprevisibilidad de la vida o las variaciones del destino.
Ahora bien, muchas veces, consciente o inconscientemente creemos que nuestras vidas, incluso sus pequeños detalles, son producto del azar o alguna casualidad, cuando nuestro Padre nos enseña que Él nos creó, nos formó y nos ha cargado desde el vientre y así lo hará hasta la ancianidad, por lo cual me atrevo a añadir que nuestra vida está atada a Él hasta la Eternidad. Es importante conocer esto, porque Él ha dicho que nada ni nadie nos podrá separar de su amor, nuestra vida pende de Su cordón de Gracia para siempre, Confiemos en Él, nuestra vida no es una casualidad, es una perfecta coincidencia divina.
En la medida en que desconfiamos de Él, dando por hecho que alguna circunstancia es producto del azar, que ÉL no estuvo en el asunto o "se descuidó y no se percató de algo que nos afecta, estamos poniendo la mesa a esas deidades, y le damos cabida a influencias espirituales. Entiendo por experiencia propia que muchas veces queremos saber los porqués de las cosas que nos pasan, y le damos vuelta una y otra vez al asunto hasta quedar exhaustos mental y físicamente buscando una lógica que encuadre con nuestra limitada percepción de Dios, pero déjame aconsejarte, desiste de eso, nuestra comprensión es limitada, Él no, además es experto en reservarse muchas cosas y simplemente Sus caminos y pensamientos son muchos más Altos que los nuestros. Bástate Su Gracia.
No hay casualidades (Fortuna o Destino), solo coincidencias divinas
Según aprendemos de Su palabra, no existen casualidades, sino coincidencias divinas o divinas providencias: convergencia o simultaneidad perfecta de persona, lugar y tiempo que dan a lugar situaciones en nuestra vida, ya sea que las percibamos como ordinarias o extraordinarias.
En el pensamiento de Dios no hay casualidades, hay propósitos y diseños al detalle. Su palabra dice que Él dispone TODAS las cosas para el bien de los que Le aman, quienes son llamados conforme a Su propósito. Lo lees bien, dice todas, no algunas cosas si y otras no.
El libro de Isaías está llena de profecías donde El mismo Padre eterno afirma y confirma que El es quien predice las cosas antes de que sucedan, para que Le creamos. Para qué hacernos daño tratando por nuestra fuerza descifrar los pormenores de nuestras situaciones, es difícil, lo sé, pero es momento de desistir de esta autodestructiva conducta. EL SIGUE TENIENDO EL CONTROL, ESTAD QUIETO, Y CONOCED QUE SOY DIOS. Es como si me estuviera diciendo, déjame ser Dios a Mí, tu solo descansa y observa, seré Glorificado. Este tema es de la Soberana Voluntad del Eterno en todos los asuntos.
La Palabra está llena de muchos ejemplos que podría darte, pero te daré uno más:
"La suerte se echa en el regazo, pero la decisión es de YHWH" (Proverbios 16:33)
Para finalizar me despido con una cita del famoso científico Albert Einstein, en una carta a un amigo, en la cual deseo que reflexiones por unos minutos:
"Estoy convencido de que Dios no juega a los dados"
Comentarios
Publicar un comentario