¿Es temor o estamos desnudos?

?Temor o desnudez¿


¿PORQUÉ NUESTRO PADRE NOS ORDENA TAJANTE E IMPERATIVAMENTE A NO TEMER, Y NOS ADVIERTE INSISTENTEMENTE A SER FUERTES Y VALIENTES? Ésta orden se repite con más frecuencia y fuerza que cualquier otro de Sus mandatos a lo largo de toda la Escritura.

Ahora bien, El nos creó a Su imagen y semejanza y ante Él se desvanece todo ápice de temor.  Según Su Palabra, “no nos dio espíritu de temor, sino de Poder, Amor y Dominio Propio".


Miedo por desnudez


De dónde vino pues ese negativo sentir, ¿En qué momento se infiltró por primera vez en el corazón del hombre? Cuando tengo preguntas acerca de algo, mi primera opción es irme a donde todo empezó, en el principio de la creación y muchas veces encuentro la respuesta allí. Y es que la primera vez que el hombre sintió temor fue en el huerto del Edén. Una vez que Adam desobedeció el mandato del Eterno, se le abrieron sus ojos y vio que estaba desnudo, sintió miedo y se escondió de la presencia de Dios. Cuando pecó, dio lugar a la vergüenza y le hizo falta un manto para cubrirse y protegerse, pero El Padre es misericordia y Amor inconmovible e hizo túnicas de pieles para vestir a ambos. Es decir, sus actos no dejaron de traer consecuencias para sí y para la humanidad entera, pero aún así la compasión y amor fiel de Nuestro Padre, no se apartó, ni se ha apartado del hombre, porque en él está Su delicia.

Entrando ya a profundidad, surge otra interrogante… ¿Porqué entonces nosotros como Sus hijos sentimos miedo, temor paralizante muchas veces? Nosotros estamos revestidos de todo manto y cobertura de Lo Alto. Cuando Él nos dice Yo estoy contigo, No está bromeando, nos está diciendo: Yo Soy Tu Vestidura, Te he puesto un vestido real, hermosos ropajes te adornan, La Luz de tu vestido deja ciego a tus enemigos. Yo mismo soy tu gala, Te puse lino fino sin mancha y sin arrugas. No estás desnudo, Te cubro, dice El Rey de toda la tierra.

Por lo tanto, andemos como dignos de llevar esas vestiduras de reyes, ese manto que nos engalana y nos protege. Vivamos una vida apartada, agradable Al Gran Diseñador que nos cubre con toda obra impecable de Alta Costura Eterna, que la polilla no corrompe, ni con el tiempo se desgasta. No ensuciemos nuestra ropa, para luego andar cabizbajos  y tratando de escondernos de Su Presencia, no dejemos que los de afuera nos despojen de Nuestro Manto. Pero sobretodo, no tengas temor, pues El dijo que nos vestiría hasta el final con Su Santidad; poco a poco demudándonos de los harapos viejos del hombre anterior que en otro tiempo fuimos.

Comentarios

Entradas populares de este blog

El factor Sunamita

Primero fue sábado que domingo: El Shabat, nuestro día de reposo

Llanura o Montaña, ¿Qué escoges?