“Porque no es un enemigo el que me agravia, pues lo soportaría, ni se alzó contra mí el que me aborrecía, Pues me habría ocultado de él, Sino tú, un hombre igual a mí, Mi compañero, mi íntimo amigo, Que juntos teníamos dulce comunión, Y amistosamente andábamos en la Casa de Dios” (Salmos/Tehilim 55:12-14) Ciertamente cuando comenzamos el peregrinar de la mano del Maestro, se nos dijo que “en el mundo tendríamos aflicciones”. Al pensar en ello es fácil imaginarnos a terceros, personas ajenas, enemigos y hasta uno que otro cercano pudiendo dañar o causando un mal. Pero nunca imaginamos que esa aflicción sería producto de una traición. Nos preguntamos entonces qué es La Traición? Parafraseando una definición que encontré en internet: Es una falta que quebranta la lealtad o fidelidad debida. Si, te defrauda tu más íntimo compañero, el de tu equipo, no un tercero, sino tu confidente, tu hermano, tu amigo. Eso nunca lo esperamos de esa persona no? Si no de cual